25 aniversario de Voluntared-Escuela Diocesana
Con la mirada al frente. Así celebra la Escuela Diocesana de Educadores de Juventud sus 25 años de vida enredada en la realidad de Burgos. Y no porque sus integrantes no quieran mirar atrás. Lo hacen gustosos y con orgullo. Sencillamente, prefieren aprovechar la efeméride para coger fuerzas, las necesarias para otro cuarto de siglo de trabajo.
Con la mirada al frente y cambio de imagen a la altura del festejo. Unas bodas de plata bien lo valen. Nuevo logotipo y nuevo nombre, Voluntared. Y nuevas líneas de actuación en el horizonte, más allá de la formación en ocio y tiempo libre que inspiraba el nacimiento de esta agrupación allá por 1985.
Con todo, «no se tratará de un cambio radical pues ya en la última década hemos trabajado en otros campos, hemos desarrollado actividades encaminadas a generar redes de participación o de acción social, también a integrar el voluntariado en el ocio y tiempo libre. Éste es precisamente el camino a seguir en los próximos años con el objetivo de alcanzar nuestra meta, la transformación social», explica Idoia Larrea, directora pedagógica de la agrupación.
Pero aún hay más, y en todos ellos resuenan los mismos muelles, aquellos que vertebran el espíritu de Voluntared como expresión asociativa de la Escuela Diocesana de Educadores de Juventud «cuyo propósito es la promoción de personas y colectivos como agentes de cambio social desde una perspectiva integral, brindando formación, orientación, promoción y gestión de infraestructuras, y convirtiéndose en una referencia para el trabajo en red y el desarrollo humano de la sociedad burgalesa», que así reza su nueva tarjeta de presentación. La extenderán con especial entusiasmo a la población juvenil, empeñados como están en que «se incorpore de forma activa a la participación y asuma los valores del voluntariado para construir una ciudadanía comprometida», indica Idoia.
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